De la rama del árbol, por el viento
que es cada vez más frío, hasta la acera
se ha caído una hoja, la primera,
que rueda por el suelo polvoriento.
Detienes tus pisadas un momento
y miras ascender la carretera.
Mientras el día llega a su frontera,
te cruza la cabeza un pensamiento.
Vuelven las aves por el sur a casa.
Y sigues con los ojos bien abiertos
la bandada en el cielo cuando pasa.
Nada te queda ya, ni aquí ni allí.
Tú querías llegar a tantos puertos…
y todo va alejándose de ti.