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He querido agarrar por una pierna

He querido agarrar por una pierna

al día, que saltaba ya la tapia

robándome la fruta de los árboles.

Inútilmente le grité de pronto

y dije, inútilmente, cuántas cosas.

Se va quedando el huerto más vacío

-o ésa es mi impresión-, más seco el cántaro,

conforme vienen y se van los días.

Conforme vienen

y se van los días.

No sé de nadie a quien pedir ayuda.

Y cada tarde voy
envejeciendo