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Hay un murmullo nítido en tu ausencia

Hay un murmullo nítido en tu ausencia.

Prende de tu perfume, entre las cosas,

y poco a poco va creciendo, lento,

hasta cubrir de crepitar el aire.

Hasta quemar el aire en los pulmones.

Nada le sobrevive a tu palabra

de despedida, al cierre repentino

de la puerta, al portazo de tu adiós.

No sé lo que te llevas-si lo llevas-,

o qué se sigue –si te sigue algo-,

pero al verse alejar tus hombros, sudo.

Y los lirios murmuran marchitándose.