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Tengo los ojos llenos de recuerdos

Tengo los ojos llenos de recuerdos.

Adondequiera que la vista vuelta,

como quien mira a través de gafas

con una mancha en el cristal, el mundo

presenta inconfundible un sueño fijo:

la imagen de tu rostro sonriéndome.

De tal manera vivo obsesionado

con tu cara, que toda cara es tuya,

similar más o menos, parecida

hasta la confusión y el gesto idéntico.

Saludo con sorpresa al transeúnte

que no conozco y voy hablando

a solas, hundiéndome en un mar

de rostros que son uno y es el tuyo.